Amoníaco como refrigerante: descubre por qué es la elección preferida para la eficiencia y sostenibilidad en la refrigeración industrial
Cuando se emplea el amoníaco como refrigerante en sistemas de refrigeración industrial, éste (NH3) presenta diversas ventajas frente al nitrógeno (N2)
Mayor capacidad de refrigeración
El amoníaco como refrigerante tiene una capacidad de refrigeración mucho mayor que el nitrógeno.
Puede absorber y liberar más calor por unidad de masa, lo que lo hace más eficiente en la transferencia de calor y en la refrigeración de grandes volúmenes de aire o líquido.
Eficiencia energética
Debido a su mayor capacidad de refrigeración, el amoníaco puede lograr temperaturas más bajas con un consumo de energía menor en comparación con el nitrógeno.
Esto puede traducirse en un funcionamiento más eficiente y en costos de energía más bajos para el sistema de refrigeración.
Menor coste al utilizar amoníaco como refrigerante
Una de las ventajas más destacadas del amoníaco sobre el nitrógeno radica en su impacto económico. Mientras que el gasto asociado al nitrógeno como consumible tiende a ser considerablemente alto, lo que eleva los costos de producción, el amoníaco presenta una alternativa más rentable.
Esto se debe en gran medida a que los sistemas de amoníaco operan en un circuito cerrado, lo que significa que no hay un consumo real de amoníaco durante el proceso de refrigeración. Además, la disponibilidad del amoníaco y su costo relativamente bajo lo convierten en una opción atractiva desde el punto de vista económico para muchas aplicaciones industriales
Compatibilidad con materiales
El amoníaco es compatible con una amplia gama de materiales de construcción comúnmente utilizados en sistemas de refrigeración, como acero al carbono, acero inoxidable y cobre.
Esto simplifica el diseño y la fabricación de equipos de refrigeración y reduce los costos de mantenimiento a largo plazo.
Respetuoso con el medio ambiente
Aunque el amoníaco tiene un potencial de calentamiento global (PCG) más alto que el nitrógeno, se considera un refrigerante más respetuoso con el medio ambiente en comparación con muchos otros refrigerantes sintéticos.
Tiene cero potenciales de agotamiento de la capa de ozono (ODP) y un bajo potencial de calentamiento global (PCG), lo que lo convierte en una opción más sostenible desde el punto de vista ambiental.
En resumen, desde la perspectiva de Palinox, el amoníaco emerge como una opción excepcional en el ámbito de la refrigeración industrial, gracias a su destacada capacidad de enfriamiento, eficiencia energética, accesibilidad económica y compatibilidad con diversos materiales.